Quinto Reporte. Nuevamente desde Perú, parece que nos ha adoptado como viajeros.
Hola gente nuevamente con otro comentario de nuestras vidas nómadas y errantes, por el momento.
El reporte anterior terminó en Cuzco, en la misma ciudad.
Este comienza con el abandono de ella, tarea costosa ya que nos atrajo muchísimo a pesar de su clima frió en esta época del año.
Fue un domingo, salimos cerca del medio día hacia la terminal donde nos clavamos hasta la noche porque todos los micros con destino a Arequipa, próxima ciudad por conocer, viajaban de noche. Parece que a ninguno se le ocurrió que esta lleno de tusitas y viajeros a los cuales les interesa conocer los extensos territorios. De modo que no puedo describir la geografía del camino.
Viajamos durante toda la noche y llegamos muy temprano a la Ciudad Blanca; así la llaman debido a las características constructivas con las cuales se levanto el centro histórico. Casi todos los edificios, y de los antiguos casi sin excepciones, están construidos con una piedra de origen volcánica, de color blanquecino dando como resultado uniformidad en el escenario urbano dominado por una sola textura con sus variantes de cortes y usos. El apodo Ciudad Blanca no contempla el paso del tiempo; con el sol, la tierra, y el smog en calles muy transitadas, estas paredes se van tornando más oscuras debido a la porosidad del material desgranable fácilmente, lo que hace imprescindible un mantenimiento periódico.
Antiguamente los edificios estaban pintados de colores, pero luego de los terremotos que han destruido la ciudad casi por completo, uno por siglo, la fueron reconstruyendo y unificando su imagen exterior. La piedra a la que me refiero mas arriba es abundante en esta zona ya que hay muchísimos volcanes que rodean la ciudad y la zona. Algunos de los cuales están en erupción y otros ya no. Detrás de la ciudad en una foto que hay en el blog se puede ver el Misty un volcán que ya no esta en actividad.
En un departamento (provincia) hay un valle que se llama de los volcanes y contiene 86. Perú casi en toda su extensión esta sobre fallas tectónicas, montañas que no paran de sacudirse, la mayoría de las ciudades han sufrido más de un terremoto en su historia. Por esta razón la ciudad es baja y de proporciones muy agradables, y con una particularidad en los templos y edificios religiosos o cívicos que datan de siglos atrás. Son de muros muy anchos, dobles de piedra, llegan al metro de espesor, y las proporciones son raras, dan como resultado edificios macizos y muy pesados, ni las naves de las iglesias llegan a ser estilizadas. La corriente que predomina pertenece al barroco mestizo; la uniformidad de material de la que hablaba le dan a simple vista una sensación al ojo de similitud y hasta igualdad, pero en detalle, de cerca se observan las diferencias, principalmente en los portales tallados en la misma piedra.
Hacia las afueras del centro histórico la ciudad ya se levanta en más dos plantas usando las tecnologías actuales del hormigón armado, y dentro del centro histórico hay algunos edificios infiltrados que rompen con la trama y la cuadricula de ciudad colonial.
Esta cualidad de no poseer grandes edificios sumado al clima seco, el territorio árido, dejan ver constantemente el cielo bien azul sin nubes y el sol penetra en todas partes iluminando mucho las calles, reflejándose en los colores claros de fachadas contrastantes con la bóveda celeste. Las casonas de la época virreinal son de influencia española, parecen todas de la zona mediterránea (sur), con algunos matices de mudéjar que se aprecia en sus patios, la mayoría con la presencia de agua en fuentes. Supongo que exportaron modelos ya que las condiciones climáticas son muy similares.
Visitamos unos museos, algunos gratuitos y buenos. El de Arqueología, bueno, en ese lugar conocimos al director un arqueólogo muy capo, cuyo nombre desconozco. Hablando con el esclarecimos muchas dudas que nos quedaban sobre los incas y comenzamos a conocer algo mas de lo que vendría mas adelante, llegando hacia el norte del Perú. Visite la Casona de Goyeneche típica de la época virreinal, donde funciona una pequeña parte de la muestra perteneciente al BCR (banco comercial de Reservas) de Lima. El compañero fue a uno donde hay una momia llamada Juanita encontrada en expediciones a uno de los cerros cercanos a la ciudad. Fue ofrecida a los Dioses, en los Apus (cerros sagrados) por los incas después de haber sido elegida en rituales realizados en Cusco. Hacia la capital imperial llegaban desde todos los confines del territorio, y salían en procesión durante días hasta llagar a la sima de los Apus, lugares donde los enterraban dormidos a los niños y jóvenes ofrendados. En Salta hay un museo dedicado exclusivamente a tres momias, un niño, una niña y una joven encontradas en un cerro en Argentina a mas de 6000 metros , dicen que están mejor conservadas aun que Juanita. Observe solo a una de ellas cuando visite el museo, las otras dos están en laboratorios, las van rotando y les digo que parece dormida, esta intacta.
La cocina Arequipeña esta entre las mejores del mundo, al menos esa fama tiene acá en Perú. Tienen buenas comidas, pero tal vez por el presupuesto destinado a gastronomía, tan ajustado, o nuestros paladares negros sin experiencia en degustar, no pudimos probar ningún plato deslumbrante que pueda superar el asado argentino (una de las pocas cosas que extrañamos mucho). La mayoría de los platos tienen muchos ingredientes, pero el sabor predominante es de un ají picante agregado a absolutamente todas las comidas. No descarto que en algún plato que supere los 30 soles pueda realmente apreciarse el sabor inconfundible.
Permanecimos en la ciudad unos 3 o 4 días, recorriéndola, conociéndola, caminándola, ya que es una ciudad bastante grande, estimo que debe estar cerca del millón de habitantes. Es una de las 3 ciudades costeras mas grandes, entre las que siguen a Lima en cantidad de población.
Desde Arequipa viajamos unas 3 horas a Chivay un pueblo perteneciente al mismo departamento que se encuentra en la montaña. Para llegar hay que subir hasta llegar a una cima de más de 4000 metros cosa que hemos hecho varias veces ya viajando. Las rutas atraviesan montañas como si fuesen ríos, por todas partes. Ahí arriba ya hace mucho frío, tanto que al costado del camino en cortes de piedra se ve el agua congelada cayendo en forma de aguabas agudas y filosas. El panorama es extensísimo, me hizo acordar mucho los territorios al sur de Uyuni. Planicies, montañas al fondo, y siempre picos nevados que no bajan de los 5500 metros, hacen que uno se sienta una nada en medio de semejante monumentalidad. El atardecer tras las montañas y picos nevados es excelente. Después de atravesar la cima comienza a bajar el camino hacia el pueblo, entrando ya en lo que se llama el valle del Colca. Este valle más adelante va bajando hasta trasformarse en el cañón del Colca, atractivo natural que íbamos a ver.
Llegamos a Chivay de noche ya, en la terminal se paliaban ofreciéndonos hospedaje, situación que aprovechamos para conseguir precio más bajo. Es descarado la cantidad de mentiras que dicen, tratando de agarrarnos. Tienen muy arraigado ya el tema del comercio y la insistencia como método de convencimiento de los turistas porque en gran medida viven de ello. Pero se torna insoportable tener personas al lado hablándote durante todo el camino sin parar, sin poder hacerles entender que uno no quiere que lo convenzan de nada, que sólo elige lo que le conviene y se adapta a lo que quiere gastar. No lo entienden, siguen insistiendo. Como ésta es época baja en la cual no hay mucho turismo europeo entonces los hospedajes están casi lacios.
Esa noche mientras caminaba por la calle veo de atrás a los ciclistas españoles Simón y Javier, los mismos que habíamos conocido en Ollataytambo y les grito, -ciclistas!!. Ni se dan por aludidos. Cuando vuelvo a hacerlo se dan vuelta. A lo que después contestaron: - ¡¡¡ciclistas, y debemos ser los únicos en este lugar tan frío y desolado!!!. Jajaja. Estuvimos conversando hasta tarde y nos contaron que habían llegado a Chivay desde Cuzco, pedaleando por una pampa a 4000 metros de altura en la que pasaron una noche. Era tanto el frío que hacía ahí que un campesino se acerco a ver si estarían con vida los dos locos que dormían en la carpa, y les dijo que hacia 13 grados bajo cero. Ustedes están locos, como van a dormir en este lugar. Supongo que el frío seria mucho realmente para que un tipo de estos originarios que anda con sus chancletas hechas de caucho proveniente de neumático de vehículos sin medias, día y noche en esos lugares tan hostiles, se acerque a ver si estaban respirando aún. Contaron que su carpa estaba con una capa de hielo arriba del cubre techo por la mañana, sus bicicletas tapadas de hielo y una botella de agua que llevaban tardo dos horas en descongelarse al sol. ¡Estos dos pibes se la bancan y mucho realmente!. Pasaron esa pampa de kilómetros, interminable a 4300 m.s.n.m donde el aire ya no existe. Ese día como desafío se fueron a subir la cuesta de 4000 y tanto de metros como para disfrutar un poco de las bicis sin peso. No se si la puedo subir caminando. Creo que son los hijos encubiertos de Indurain.
Demás esta decir que personas con más aguante que los campesinos de la zona no he conocido en mi vida. Salen con la helada a esas alturas a trabajar la tierra, curtidos del sol y del frío sin quejarse y viviéndolo realmente con agallas pero sin que se les note el más mínimo sufrimiento, creo que no lo conocen. Vuelven de noche a sus casas donde con suerte en algunas tienen un fogón, porque a esas alturas hasta la leña escasea y ni siquiera en los pueblos la gente tiene calefacción. Sus vidas transcurren totalmente al aire libre y están curtidos, acostumbrados a eso. Estando en sus casas muchas veces sus puertas permanecen abiertas, la temperatura interior es igual que la exterior, de lo único que se protegen es de las heladas bajo el techo. Hasta en los locales comerciales y restoranes las puertas permanecen abiertas día y noche como si siguieran vendiendo en el mercado. A ellos, los ciclistas, les comentamos que queríamos alquilar unas bicis para recorrer las laderas del valle y después el cañón del Colca, son unos 37 km. en total. Simón contó que lo habían hecho y era pesado pero que estaba bueno que lo intentemos, Javier dijo -en lugar de pegarse una paliza en bici, más vale gástense la guita en una buena tranca de comida. Jajaja. Como ya habíamos desistido de hacerlo en Ollataytambo, no nos resistimos y al otro día tipo 10 de la mañana estábamos cada uno subido a una bici dispuestos a hacer ciclismo de montaña, descenso extremo!!!.
Así fue que comenzamos a recorrer las laderas del Colca. Salimos a pleno desde Chivay a lo que daba la bajada y las bicis, la primera parte estuvo excelente, a pleno cruzamos el puente que pasa sobre el río Colca, y desde la otra ladera seguimos dando pedal rumbo a Caporaque, el próximo pueblo. El inconveniente llego en la primera subida, las subidas son subidas, no es joda. La barranca de Belgrano, por citar una conocida, se ve plana al lado de estas. Ahí se puso peludo, cuando llegue a la planicie arriba me dolía el pecho, y no paraba de latir el corazón a mil revoluciones por segundo. El Compañero venia jadeando pero se la banca más, tiene mejor estado atlético. Lo que mata no es la humedad, es la altura, estábamos a más de 3600 m.s.n.m. Todo el entrenamiento que traíamos desde Machu Pichui y dos meses de caminar y subir montañas, no alcanzo para nada. Tampoco la adaptación a la altura de casi 40 días andando sobre las nubes; el aire falta igual. Desde ahí seguimos bajando a pleno ¡a lo que daba! los caminos de tierra con muchas piedras de gran tamaño lo cual nos obligaba a ir muy agarrados para no desaparecer por ahí. Las bajadas se hacían en segundo y las subidas interminables, llegando al pueblo de Caporaque hubo otra empinada. Cuando pisamos la plaza del pueblo nos sentamos por lo menos casi una hora a descansar, yo no daba más largaba flema por todos los poros.
Caporaque es un pueblo chiquito de montaña donde sus habitantes viven, en gran mayoría, de la agricultura. La plaza tiene una particularidad, esta formada por 4 manzanas chicas, en las cuatro esquinas entre las viviendas tiene portales dobles y otros cuatro a mitad de cada uno de los lados. Su iglesia de adobe esta siendo reconstruida en parte y restaurada, en la fachada tiene una raja que separa uno de los campanarios de la nave, supongo que fue a causa de un sismo.
Desde ahí seguimos el camino en descenso al borde del cañón entre andenes de cultivo hacia los baños termales de Yanque, otro pueblito ubicado próximo al camino que recorre el valle. De esa parte del camino es el video que esta en el blog. El camino en esta zona va por la mitad de la ladera, al borde del río que de a poco va profundizándose. Bajando fuertísimo, en partes al borde del abismo, llegamos a un puente, lugar donde el valle se convierte en cañón. Las laderas se ponen verticales encajonando el río con una diferencia de unos 10 metros entre las paredes. Ni bien cruzamos el puente estaban las piletas abajo; una techada y dos descubiertas, sin buen aprovechamiento de las potenciales vistas hacia el lugar, ya que desde el agua no se ve el cañón, si eso hubiese estado resuelto, sería doblemente placentero. Sumergidos a 35º de temperatura solo se ven paredes y unos vidrios pintados de blanco.
Dejamos las bicis en la puerta y nos tiramos a relajarnos un poco. Estuvimos disfrutando de las termas a las cuales concurre la gente de la zona, entra un rato y sigue viaje. Cuando salimos ya estábamos emprendiendo el regreso. Se nos relajaron tanto los músculos que no podíamos remontar la subida, la vuelta era toda hacia arriba ya que de ida había sido casi todo el camino en bajada. Finalmente sujetos a la caja de una camioneta, haciendo mucha fuerza superamos la subida llegando a la plaza de Yanque. Desde ahí el camino era ruta asfaltada por la otra orilla del valle. Comenzamos a darle pedal y las subidas eran mas leves pero el viento se dio vuelta y comenzó a soplar fuerte. Fue terrible, pero el Compañero pedaleando y yo caminando mientras conversaba con un lugareño que volvía de hacer sus labores en la chacra, llegamos a Chivay derecho a devolver las bicis. No queríamos saber más nada porque pedalear a 3600 metros de altura no es para cualquiera. Además de cansarnos, la pasamos muy lindo, nos divertimos mucho y la adrenalina que se vive descendiendo a la máxima velocidad que uno puede desarrollar por estos caminos al borde del abismo es única. Se palpita el peligro por momentos a flor de piel y es superior andar a pleno por libertador esquivando autos. También comprobé una vez más la carencia de estado físico que poseo y la falta de estado para estos trotes.
Entre Chivay, Caporaque y Yanque está la mayor cantidad de andenes de cultivo que hay en Perú. Todos levantados por la cultura pre-incaica los Churajones. Recorriendo las laderas del cañón se ve cómo las han ido construyendo hasta lugares donde las laderas se convierten en verticales haciendo imposible implantar ni una más. Ese trabajo se ve en todo Cusco y con más énfasis en Machu Picchu donde las terrazas de cultivo llegan hasta los lugares donde los cortes de piedra de la montaña se trasforman en verticales; considero que es una señal más de la forma en que los Incas armaron su imperio, como buenos estrategas asumiendo y apropiando las mejores cualidades, sabidurías y experiencias de cada una de las culturas conquistadas.
El Valle que nace en Chivay de a poco se va transformando en Cañón hasta llegar a la Cruz del Cóndor, la parte abrupta. En éste lugar se congrega gente a avistar el vuelo del ave dueña de los cielos de las cordilleras, el cóndor, importante en la mitología de los pueblos andinos.
Desde Chivay al otro día salimos rumbo a Cabanaconde para conocer el valle y el cañón entero. El cañón del Colca es el segundo más profundo del mundo llegando a los 4160 metros. Rankeado detrás del Cotahuasi que está en Perú, también en Arequipa un poco más al norte, duplicando la profundidad del famoso Cañón del Colorado. Pasamos por Maca donde dimos una vuelta, conocimos otra de las iglesias típicas de esta zona. Todas mantienen similitudes formales y técnicas constructivas levantadas en adobe, además del emplazamiento, en Yanque, Maca y Cabanaconde uno de sus laterales ocupa una cuadra de la plaza de armas. Al igual que Arequipa todas son blancas, presentando un importante contraste con el color oscuro de las montañas.
Desde Cabanoconde donde llegamos a última hora, pensábamos ir a ver los cóndores la mañana del día siguiente. Madrugamos el domingo porque estos bicharracos salen a volar entre las 7 y las 9 de la mañana, y a veces estirándose hasta el medio día, buscando térmicas suben saliendo desde sus cuevas en las paredes del cañón hasta llegara los 5000 metros desde donde viajan kilómetros en busca de comida, hasta 200 por día.
Pensábamos ir al mirador de San Miguel porque en la Cruz del Cóndor, que esta sobre el camino, cobran entrada para estar en el mismo camino. Una cosa totalmente absurda, y para esto hay una ley encima que lo avala. O sea uno está en el camino y se acercan los ‘vende entradas’ porque ni guarda-parque son ya que no existe tal cosa, y le encajan hablándole a uno acerca de sus derechos, una entrada por la módica suma de 35 soles siendo extranjeros. Con el cuento que todos deben pagar para transitar todo el valle del Colca. Cuando subimos al bus que iba hasta las manos, como el 60 por la mañana camino al norte, le dije al chofer que pare en el Mirador de San Miguel. Por supuesto siguió de largo y bajamos en la Cruz del Cóndor. Al toque se nos vinieron al humo a vendernos una entrada, y ahí comenzó la puja que duro unos cuantos minutos hasta que estábamos re calientes. Y nos íbamos caminando de vuelta sin intentar ver nada, hasta que obviamente como dignos integrantes de estado corrupto terminaron ofreciéndonos una de estudiante peruano. Siguió la discusión hasta que finalmente nos quedamos ahí. Es un negocio de la nada, como casi todo, porque no me digan que ese dinero va para el estudio del cóndor o preservar su hábitat porque es mentira, no hay más que una pared de la cual uno no puede pasar y la deben haber levantado para que nadie caiga al vacío. En la mañana habían llegado más de 300 turistas de todos lados del mundo a ver el Cóndor famoso. Cada uno paga 35 soles, después meditando un poco llegué a la conclusión que hay que sacarse el sombrero ante los peruanos, son una máquina de facturar sobre la nada; es como si a uno le cobraran por la luz del sol, ver volar pájaros (literal) o de última respirar. Son tan zarpados los lugares que tiene el territorio de su país, que les permite darse el lujo de cobrar, y la gente seguirá viniendo.
El Cañón en ese lugar es inconmensurable, inabarcable, tanto como el salar de Uyuni, como los desiertos, pero en profundidad. En partes no se alcanza a ver el río mirando hacia abajo porque no da el ángulo de visión, en las partes que se ve parece un hilo. Hay que tener en cuenta que este lugar está a la mitad de la altura total del cañón. Uno parado ahí observando sólo naturaleza, no puede tomar real dimensión de la escala del lugar. En la margen de enfrente, muy abajo, hay unas casillas que se veían diminutas y cuando el imponente cóndor comienza a volar planeando con sus alas extendidas se aprecia la magnitud del espacio vació que genera tal maravilla natural. Estuvimos hasta las 9 y el cielo, un día antes esplendido muy celeste, estaba colmado de nubes bien cerrado. Sin sol no saldría ninguno ya que no habría térmicas. Nosotros incrédulos totales, puteando y diciendo “que mentira esto del cóndor, esas fotos de la gente casi tocándolos están ‘foto-shopeadas’”, volaban por allá abajo tan lejos que se los veía como del tamaño de un gorrión. La gente expectante ya comenzaba a irse pensando que no aparecería ninguno en la cruz. Hasta que de pronto durante no más de 5 minutos aparecieron unos rayos de sol entre las nubes, ahí comenzaron a subir rapidísimo planeando en círculos gigantes, hasta que pasaron a unos dos metros de donde estaba reunido todo el mundo. Un macho grande de collar blanco sobrevoló un poco más arriba y cuando el sol volvió a ocultarse comenzaron a bajar y quedaron posados unos 4 sobre una roca a pocos metros de todo el mundo. Como si estuviesen domesticados posando para las cámaras, permanecieron una media hora hasta que planeando se retiraron bajando hasta desaparecer.
Todo es imponente en ese lugar, desde el hábitat natural hasta las aves de tal porte. La experiencia fue muy corta pero estuvo buena. Es sorprendente ver a esos bichos con ese tamaño volando tan cerca por sobre la cabeza de la gente. Lo cuento desde los recuerdos de la experiencia y la sensación que viví en ese momento, particularmente habiendo nacido en el campo tan cerca del vuelo de los pájaros y rodeado de hábitat natural no me impresionan ese tipo de cosas, pero esto es excepcional.
Mientras esperábamos que algún cóndor sobrevuele por lo menos una vez más, un pibe que estaba haciendo tomas con una tremenda cámara, me dirige la palabra y nos ponemos a conversar. Resulto ser un ecuatoriano copado como todos los que hemos cruzado, sin haber llegado aún a ese país. Se dedica sólo como actividad paralela a su trabajo a fotografiar aves, para ello viaja y se va a los lugares más recónditos persiguiendo especies exóticas y muchas en peligro de extinción. Selva, desierto, montaña, playa, a donde se les ocurra. Ya recorrió Ecuador y Perú enteros haciendo fotos de aves.
Me sentí un poco identificado, no por la pasión hacia la naturaleza ya que no la poseo aún, pero sí por el paso por las ciudades buscando obras para tal vez tomarles una sola foto desde afuera y sentir que estuve ahí; que pasé he hice lo posible para conocerlas. Como verán hay fanáticos para todo en todos los rincones del planeta y él es uno de ellos.
Había llegado hasta ese lugar movilizado en una camioneta y nos ofreció viajar hasta Cabanaconde a buscar nuestras mochilas y llevarnos de vuelta a Chivay. Nuestro plan era seguir de Cabanaconde hacia abajo y llegar a Panamericana, pero aceptamos con gusto porque Ramiro quería llegar a las corridas de toro para hacer fotos.
Sobre las fotos no les puedo contar mucho porque no estuve ahí, contó que son muy populares y divertidas las corridas.
Las personas que corren a los toros, mejor dicho que son corridas por los ellos, son quienes ocupan las tribunas de expectantes donde bajan de a poco al campo y se enfrentan a los toros.
Con el condimento que les agrega el día domingo, realmente festivo en estos pueblos, la mayoría para el medio día si es que no se ha acostado, está dado vuelta dado que toman muchísimo los sábados por la noche y los domingos siguen hasta el final del día.
Dejo a vuestra imaginación los resultados de las corridas.
Desde Chivay volvimos a Arequipa con Pablo (el ecuatoriano).
El lunes por la mañana después que ellos dos volvieron desde la cruz del cóndor, fueron a ver si avistaban alguno ese día que amaneció despejado. El camino de regreso fue en menos de 3 horas y el paisaje es impresionante, aunque creo haberlo comentado antes. Desde la ciudad nos tomamos unos colectivos hasta el primer peaje a probar suerte por primera vez en Perú con el dedo. Ni bien llegamos tuvimos un percance con el Compañero, una corta discusión que hizo tambalear la sociedad por un día, provocada por las diferencias y los roces que generan la cercanía constante, la convivencia de casi 24 horas juntos durante muchos días. Volvimos separados a la ciudad y al otro día ya reconciliados intentaríamos de nuevo afirmar el gordo en la ruta.
Los peruanos parece que no tienen incluido en su cultura dos factores muy importantes para los viajeros, la práctica de viajar a dedo y la buena onda. Además de no levantar cuando uno se acerca con miedo y distancia, le mienten. Hay mucha paranoia como en todos los países obviamente pero acá la veo más aguda aún. Siendo que no pasa nada en ningún lado son muy tranquilos los lugares y ciudades comparados con Buenos Aires por ejemplo, que es una ciudad mucho más violenta que todas las visitadas hasta el momento. Ese miedo parece ser resultado del llamado terrorismo que vivieron en los ´90. O tal vez suceden cosas graves pero nosotros por suerte no las vemos pasar.
Pasamos unas horas en la ruta hasta que pararon 3 pibes en un camión y comenzamos el viaje. Pasamos por montañas completamente áridas rodando valles fertilizados con riego porque la lluvia es muy escasa en estos lugares a pesar de estar muy cerca del mar. Atravesamos quebradas, y territorios que no terminan nunca, detrás de una viene otra y así sucesivamente durante kilómetros. Bajando y recorriendo la Quebrada del Toro, dos cordones de montañas arenosas, separados kilómetros por valle verde con un río que va irrigando, llegando a su final visualizamos por primera vez el océano Pacífico en la desembocadura.
Llegamos a la tarde a Camana, una ciudad costera balnearia ocupada en los veranos por los habitantes de Arequipa.
Ahí pasaríamos noche sin tocar el agua y al otro dia seguiríamos viaje hacia el norte.
Haciendo dedo pasamos toda la mañana y ya calientes por la mala onda de la gente que pasa en sus camionetasas 4x4 y ni siquiera hace señas como que va para otro lado, a cara de perro nomás, nos íbamos a tomar un micro hacia Nasca. Preguntando qué tomarnos hasta la terminal, o el paradero (la mayoría de los pueblos no tienen terminal de ómnibus en Perú, cada empresa posee su paradero privado), unos estibadores que estaban por ahí esperando un camión que cargarían de arroz nos prometieron embarque en un camión sin escalas hasta Nasca. Y así fue, llegó el camión al rato, fueron a cargarlo, ¡cómo levantan bolsas esos tipos, como si fueran almohadas!. De ese momento hay una foto en el Blog donde el Compañero les esta ayudando a acomodar bolsas en el camión. El viaje duró unas 6 horas, la ruta atraviesa lugares desérticos buenísimos, primero entre montaña con cortes en la piedra cortados por lisas laderas de arena cayendo hacia el camino. Todo sobre la costa del Pacífico, que siempre esta brumoso, tal vez sea por la época del año.
Vimos la puesta sobre el mar, un sol bien naranja hacia arriba y rojizo abajo entre la bruma, y el cielo color grisáceo.
El encuentro de la montaña con el mar le da un ingrediente que al menos yo desconocía, el lugar más abrupto que había visto es la costa de Mar del Plata o algún morro de Río de Janeiro pero al lado de esto son miniaturas, es inmenso todo, espectacular ver como choca la cordillera de los Andes con el océano.
En la ciudad de Nasca recorrimos el museo de sitio perteneciente a la cultura local, es bueno, uno de los mejores que vimos, pero centra la muestra en una excavación de un sitio cercano a la ciudad haciendo sólo una introducción del resto. La ciudad se está reconstruyendo de a poco, ya que en 1997 fue devastada por un terremoto, no dejó casi nada. Cada sismo que pasa va destruyendo las ciudades viejas construidas en su gran mayoría de adobe o con el sistema de quincha que resiste un poco más que el anterior. Comentan que el año pasado el sismo que afecto a Ica y Pisco llegó a moverla. La ciudad es chica y no tiene ningún atractivo distintivo en sí misma, es baja no muy agradable, sucia; pero posee a unos kilómetros la duna más alta del mundo, con más de 1000 mts.
Cerro blanco y como todos los poblados peruanos está rodeada por restos de una cultura pre-incaica. Los Nascas y Paracas, dejaron un gran legado, que hoy se reduce a ruinas compuestas por paredones, acueductos por los cuales extraían agua y canalizaban hacia las tierras cultivables, y el centro ceremonial Cahuachi de investigación sobre el cual está montado el museo. A unos kilómetros se encuentran las famosas líneas de Nasca que se ven desde el aire, en un territorio que abarca 50 por 15 Km., imágenes caladas sobre la capa más dura del suelo de color marrón sobre una amarilla debajo que permite su visualización por contraste de color. A pesar de los atentados que han ido sufriendo a través del tiempo y la erosión constante provocada por los vientos marinos aún persisten y pueden apreciarse desde el aire. Este legado de gran aporte económico a la ciudad y ala conservación, los peruanos se lo deben a una mujer alemana llamada Maria Reiche quién dedicó 50 años de su vida a la investigación y conservación del área que contiene las líneas. Visitamos el museo dedicado a ella donde hay copias de dibujos originales de los relevamientos de las líneas, desde el monito, la araña, el colibrí, las manos entre otros además de las pistas construidas con posterioridad sobre algunos de los dibujos. También implementos y herramientas que usaba y muchas fotos aéreas. El vuelo estaba fuera de presupuesto además de no ser nada barato y el bolsillo de los viajeros anda ajustado, ni consultándolo afloja a darse esos lujos. Creo que en Google Earth hoy se ven mejor que desde el aire en un vuelo que dura tan solo 20 minutos. Aprovechen y búsquenlas hacia el norte de la ciudad, están muy buenas. Entre la ciudad y el museo hay erigido en medio de las pampas desérticas un mangrullo ubicado en medio de tres de las figuras, las manos, el lagarto cortado por la ruta panamericana, muy borroso ya y el …….
El fin de semana temíamos programado llegar a Lima, mientras que en Nasca en el cerro blanco se haría un campeonato mundial de sundboard. Para subir el médano lleva unas 3 horas de caminata y el descenso lleva media hora para los principiantes y 10 minutos para los expertos.
Desde el museo en el acceso a Ingenio, pueblito donde hay una muestra didáctica de cómo extraían el oro de la piedra los Nasca, nos tomamos un micro hasta Ica. La ciudad que fue víctima del terremoto del año pasado, ya la han limpiado bastante pero está llena de escombros y es muy loco ver un edificio y un terreno vacio al lado y al otro lado otro edificio. Así se extienden las manzanas, con la trama ocupada en lugares salteados. Parece que el gobierno hasta la fecha no había tomado medidas, pero ahora lanzó subvenciones para los damnificados, por supuesto sin planes ni asesorías técnicas, sin propuestas de viviendas, sólo dinero en mano, lo que seguramente dará como resultado viviendas vulnerables a próximos posibles sismos.
Así es cómo se resuelven los problemas sociales acá, de forma muy similar a nuestro país. Pan y circo nomás.
Medido por nuestros oídos y cerebros es la ciudad con mayor contaminación sonora que hemos pisado, es insoportable cómo tocan bocina autos y motos todo el tiempo. Para avisar que están vacíos, son unos cuantos bocinazos hasta que se llevan la atención del transeúnte diciéndoles que no, y aún así siguen haciéndolo.
Imagínense un taxi que va sin gente y durante todo el tiempo, mientras cruza gente por la calle, toca bocina para ofrecerse. Este sonido magnificado por una gran cantidad de autos tocando al mismo tiempo, además pareciera que hay más taxis que gente. Por supuesto que también tocan bocina si el semáforo está en verde y el de adelante no mueve, en ese momento se apoyan arriba del volante hasta que el de adelante avance. Y aunque no lo crean, también lo hacen cuando el semáforo está en rojo para manifestar su bronca con el de adelante, es muy loco ver cómo este medio soluciona los problemas, a diferencia de lo que conocemos todos en Bs. As., acá no se bajan del auto a putearse, sólo cuando chocan, lo demás lo resuelven con bocina y algún que otro grito.
A este ruido le sumamos el de las bocinas que arrojan las moto-taxis indias y chinas de tres ruedas, conductor adelante y un asiento doble atrás con techo.
Los policías de transito que están en todas las esquinas generan algo de esa locura. Pareciera que la gente no respeta los semáforos, entonces ellos tocan el pito moviendo su mano marcando el paso hacia el lado que indica el semáforo en verde, totalmente ridículo, pega otro pitazo levantando la mano cuando se pone en rojo y sigue pitando dando paso por la otra calle.
Todo ese ruido constante genera locura, al menos a nosotros nos trastornó, y es ilógico en un lugar donde casi ni semáforo se necesitaría si la gente fuese un poco prudente, donde la calle está tapada de taxis y casi no hay autos particulares. Tres cuadras para cada lado de las avenidas ya no hay casi transito pero se hacen sentir con sus bocinazos en las esquinas sin errar a sólo una.
El Tico parece haber reemplazado algún otro auto y está sembrado, salen de todos lados y hasta parece que se reprodujeran. Por donde pases hay un Tico, además parecen interminables, como le llamaban vulgarmente a los R4 allá carne de perro. Son como una plaga que ha invadido las calles.
Cerca de Ica, en las afueras, a unos 10 minutos en auto se encuentra Huacachina, un oasis natural, una laguna de agua verdosa en medio de dunas de arena, con palmeras, algunas viviendas, hospedajes, negocios y restoranes que la rodean. Es un balneario de películas donde se muestran lugares de medio oriente, le falta unos camellos y algún jeque por ahí dando vueltas de turbante. En este lugar pasamos una mañana y el compañero se lleno de arena hasta los ojos bajando los médanos en una tabla de sundboard. Por supuesto no bajo muchas veces porque subirlos es cansador, lleva más de 15 minutos y se baja en un minuto y medio.
Ese día queríamos llegar por la noche a Lima, después de las 12 comenzaba el cumpleaños del Compañero y decidió festejarlo en la gran capital Peruana. Probamos en la ruta, pero no paso nada. Nos tomamos un micro perteneciente a una de las dos empresas que monopolizan el trasporte hacia el sur y en unas 3 horas, ya de noche estábamos entrando a Lima.
Aquí concluyo así no se torna tedioso a quienes juntaron coraje para llegar a este punto.
Corrección correspondiente a error en Cuarto Reporte: ...“a todo esto corrigiendo tu informe habías probado el pisco jajajaj conmigo y el tano”. Guillermo Gomolan. Chileno que conocí en San pedro de Atacama.
Continuara.....Con la llegada a la gran ciudad capital Peruana y el cumpleaños del compañero.
Mis agradecimientos al Master Web (Gaby) que sostiene al día dentro de las posibilidades de quien les escribe de mandar imágenes, y también al nuevo Master Reporte corrector, Sierrita el batero (Diego).
Pufo: en todo Perú no me he cruzado un solo 2cv, solo vi un DS deteriorado en un estacionamiento con su carrocería tocando el suelo, una picardía. A falta de Citros estoy fotografiando ponchos. En el próximo tal vez entra la visita a la selva.
Gallego y Gato: discúlpenme que los meta en la misma bolsa, tal vez ninguno de los dos esta cómodo, pero ambos escribieron mails limados, y no he podido contestarles ni en Lima. Me reí, eso si.
Leo Luchini, Pachi, Lucho, Fido, Pablo, Lucre, Cesar, Romi J., Seba, Fran, Brenda y Primo: gracias por sus mail. Fido creo opino lo mismo sobre tu ranking. Disculpas por no contestar.
Romi M., Oso y Gato: Feliz Cumpleaños!!!
Pilar: Felicitaciones ¡!!
Guada G: aun no he podido enviarte el mail. Calma nomás.
Juli, Coqui: gracias por los datos.
Gustavo C.: Gracias por los contactos. Estuve con gente que trabaja con Gustavo Riofrío. En algún mail cuando me de el tiempo te cuento.
Mer, Valen, Flor y Andres: gracias por sus comentarios.
Antes de despedirme pido disculpas si olvido responder algo alguien o mandar algún agradecimiento.
Por favor si algunos de los receptores no quiere mas el reporte en sus bandejas de entrada, enviar un mail o dirigirse al nuevo kiosco adherido a la red de reclamos.”Los Primos” del Sr. empresario Fernando Nicolás De Fabio, ubicado en San Martín 438, loc. de Rauch Provincia de Bs. As. A quien aprovecho el medio para mandarle mis felicitaciones y un deseo de prosperas ventas y expansión a despensa en poco tiempo.
Quinto Reporte. Nuevamente desde Perú, parece que nos ha adoptado como viajeros.
Hola gente nuevamente con otro comentario de nuestras vidas nómadas y errantes, por el momento.
El reporte anterior terminó en Cuzco, en la misma ciudad.
Este comienza con el abandono de ella, tarea costosa ya que nos atrajo muchísimo a pesar de su clima frió en esta época del año.
Fue un domingo, salimos cerca del medio día hacia la terminal donde nos clavamos hasta la noche porque todos los micros con destino a Arequipa, próxima ciudad por conocer, viajaban de noche. Parece que a ninguno se le ocurrió que esta lleno de tusitas y viajeros a los cuales les interesa conocer los extensos territorios. De modo que no puedo describir la geografía del camino.
Viajamos durante toda la noche y llegamos muy temprano a la Ciudad Blanca; así la llaman debido a las características constructivas con las cuales se levanto el centro histórico. Casi todos los edificios, y de los antiguos casi sin excepciones, están construidos con una piedra de origen volcánica, de color blanquecino dando como resultado uniformidad en el escenario urbano dominado por una sola textura con sus variantes de cortes y usos. El apodo Ciudad Blanca no contempla el paso del tiempo; con el sol, la tierra, y el smog en calles muy transitadas, estas paredes se van tornando más oscuras debido a la porosidad del material desgranable fácilmente, lo que hace imprescindible un mantenimiento periódico.
Antiguamente los edificios estaban pintados de colores, pero luego de los terremotos que han destruido la ciudad casi por completo, uno por siglo, la fueron reconstruyendo y unificando su imagen exterior. La piedra a la que me refiero mas arriba es abundante en esta zona ya que hay muchísimos volcanes que rodean la ciudad y la zona. Algunos de los cuales están en erupción y otros ya no. Detrás de la ciudad en una foto que hay en el blog se puede ver el Misty un volcán que ya no esta en actividad.
En un departamento (provincia) hay un valle que se llama de los volcanes y contiene 86. Perú casi en toda su extensión esta sobre fallas tectónicas, montañas que no paran de sacudirse, la mayoría de las ciudades han sufrido más de un terremoto en su historia. Por esta razón la ciudad es baja y de proporciones muy agradables, y con una particularidad en los templos y edificios religiosos o cívicos que datan de siglos atrás. Son de muros muy anchos, dobles de piedra, llegan al metro de espesor, y las proporciones son raras, dan como resultado edificios macizos y muy pesados, ni las naves de las iglesias llegan a ser estilizadas. La corriente que predomina pertenece al barroco mestizo; la uniformidad de material de la que hablaba le dan a simple vista una sensación al ojo de similitud y hasta igualdad, pero en detalle, de cerca se observan las diferencias, principalmente en los portales tallados en la misma piedra.
Hacia las afueras del centro histórico la ciudad ya se levanta en más dos plantas usando las tecnologías actuales del hormigón armado, y dentro del centro histórico hay algunos edificios infiltrados que rompen con la trama y la cuadricula de ciudad colonial.
Esta cualidad de no poseer grandes edificios sumado al clima seco, el territorio árido, dejan ver constantemente el cielo bien azul sin nubes y el sol penetra en todas partes iluminando mucho las calles, reflejándose en los colores claros de fachadas contrastantes con la bóveda celeste. Las casonas de la época virreinal son de influencia española, parecen todas de la zona mediterránea (sur), con algunos matices de mudéjar que se aprecia en sus patios, la mayoría con la presencia de agua en fuentes. Supongo que exportaron modelos ya que las condiciones climáticas son muy similares.
Visitamos unos museos, algunos gratuitos y buenos. El de Arqueología, bueno, en ese lugar conocimos al director un arqueólogo muy capo, cuyo nombre desconozco. Hablando con el esclarecimos muchas dudas que nos quedaban sobre los incas y comenzamos a conocer algo mas de lo que vendría mas adelante, llegando hacia el norte del Perú. Visite la Casona de Goyeneche típica de la época virreinal, donde funciona una pequeña parte de la muestra perteneciente al BCR (banco comercial de Reservas) de Lima. El compañero fue a uno donde hay una momia llamada Juanita encontrada en expediciones a uno de los cerros cercanos a la ciudad. Fue ofrecida a los Dioses, en los Apus (cerros sagrados) por los incas después de haber sido elegida en rituales realizados en Cusco. Hacia la capital imperial llegaban desde todos los confines del territorio, y salían en procesión durante días hasta llagar a la sima de los Apus, lugares donde los enterraban dormidos a los niños y jóvenes ofrendados. En Salta hay un museo dedicado exclusivamente a tres momias, un niño, una niña y una joven encontradas en un cerro en Argentina a mas de 6000 metros , dicen que están mejor conservadas aun que Juanita. Observe solo a una de ellas cuando visite el museo, las otras dos están en laboratorios, las van rotando y les digo que parece dormida, esta intacta.
La cocina Arequipeña esta entre las mejores del mundo, al menos esa fama tiene acá en Perú. Tienen buenas comidas, pero tal vez por el presupuesto destinado a gastronomía, tan ajustado, o nuestros paladares negros sin experiencia en degustar, no pudimos probar ningún plato deslumbrante que pueda superar el asado argentino (una de las pocas cosas que extrañamos mucho). La mayoría de los platos tienen muchos ingredientes, pero el sabor predominante es de un ají picante agregado a absolutamente todas las comidas. No descarto que en algún plato que supere los 30 soles pueda realmente apreciarse el sabor inconfundible.
Permanecimos en la ciudad unos 3 o 4 días, recorriéndola, conociéndola, caminándola, ya que es una ciudad bastante grande, estimo que debe estar cerca del millón de habitantes. Es una de las 3 ciudades costeras mas grandes, entre las que siguen a Lima en cantidad de población.
Desde Arequipa viajamos unas 3 horas a Chivay un pueblo perteneciente al mismo departamento que se encuentra en la montaña. Para llegar hay que subir hasta llegar a una cima de más de 4000 metros cosa que hemos hecho varias veces ya viajando. Las rutas atraviesan montañas como si fuesen ríos, por todas partes. Ahí arriba ya hace mucho frío, tanto que al costado del camino en cortes de piedra se ve el agua congelada cayendo en forma de aguabas agudas y filosas. El panorama es extensísimo, me hizo acordar mucho los territorios al sur de Uyuni. Planicies, montañas al fondo, y siempre picos nevados que no bajan de los 5500 metros, hacen que uno se sienta una nada en medio de semejante monumentalidad. El atardecer tras las montañas y picos nevados es excelente. Después de atravesar la cima comienza a bajar el camino hacia el pueblo, entrando ya en lo que se llama el valle del Colca. Este valle más adelante va bajando hasta trasformarse en el cañón del Colca, atractivo natural que íbamos a ver.
Llegamos a Chivay de noche ya, en la terminal se paliaban ofreciéndonos hospedaje, situación que aprovechamos para conseguir precio más bajo. Es descarado la cantidad de mentiras que dicen, tratando de agarrarnos. Tienen muy arraigado ya el tema del comercio y la insistencia como método de convencimiento de los turistas porque en gran medida viven de ello. Pero se torna insoportable tener personas al lado hablándote durante todo el camino sin parar, sin poder hacerles entender que uno no quiere que lo convenzan de nada, que sólo elige lo que le conviene y se adapta a lo que quiere gastar. No lo entienden, siguen insistiendo. Como ésta es época baja en la cual no hay mucho turismo europeo entonces los hospedajes están casi lacios.
Esa noche mientras caminaba por la calle veo de atrás a los ciclistas españoles Simón y Javier, los mismos que habíamos conocido en Ollataytambo y les grito, -ciclistas!!. Ni se dan por aludidos. Cuando vuelvo a hacerlo se dan vuelta. A lo que después contestaron: - ¡¡¡ciclistas, y debemos ser los únicos en este lugar tan frío y desolado!!!. Jajaja. Estuvimos conversando hasta tarde y nos contaron que habían llegado a Chivay desde Cuzco, pedaleando por una pampa a 4000 metros de altura en la que pasaron una noche. Era tanto el frío que hacía ahí que un campesino se acerco a ver si estarían con vida los dos locos que dormían en la carpa, y les dijo que hacia 13 grados bajo cero. Ustedes están locos, como van a dormir en este lugar. Supongo que el frío seria mucho realmente para que un tipo de estos originarios que anda con sus chancletas hechas de caucho proveniente de neumático de vehículos sin medias, día y noche en esos lugares tan hostiles, se acerque a ver si estaban respirando aún. Contaron que su carpa estaba con una capa de hielo arriba del cubre techo por la mañana, sus bicicletas tapadas de hielo y una botella de agua que llevaban tardo dos horas en descongelarse al sol. ¡Estos dos pibes se la bancan y mucho realmente!. Pasaron esa pampa de kilómetros, interminable a 4300 m.s.n.m donde el aire ya no existe. Ese día como desafío se fueron a subir la cuesta de 4000 y tanto de metros como para disfrutar un poco de las bicis sin peso. No se si la puedo subir caminando. Creo que son los hijos encubiertos de Indurain.
Demás esta decir que personas con más aguante que los campesinos de la zona no he conocido en mi vida. Salen con la helada a esas alturas a trabajar la tierra, curtidos del sol y del frío sin quejarse y viviéndolo realmente con agallas pero sin que se les note el más mínimo sufrimiento, creo que no lo conocen. Vuelven de noche a sus casas donde con suerte en algunas tienen un fogón, porque a esas alturas hasta la leña escasea y ni siquiera en los pueblos la gente tiene calefacción. Sus vidas transcurren totalmente al aire libre y están curtidos, acostumbrados a eso. Estando en sus casas muchas veces sus puertas permanecen abiertas, la temperatura interior es igual que la exterior, de lo único que se protegen es de las heladas bajo el techo. Hasta en los locales comerciales y restoranes las puertas permanecen abiertas día y noche como si siguieran vendiendo en el mercado. A ellos, los ciclistas, les comentamos que queríamos alquilar unas bicis para recorrer las laderas del valle y después el cañón del Colca, son unos 37 km. en total. Simón contó que lo habían hecho y era pesado pero que estaba bueno que lo intentemos, Javier dijo -en lugar de pegarse una paliza en bici, más vale gástense la guita en una buena tranca de comida. Jajaja. Como ya habíamos desistido de hacerlo en Ollataytambo, no nos resistimos y al otro día tipo 10 de la mañana estábamos cada uno subido a una bici dispuestos a hacer ciclismo de montaña, descenso extremo!!!.
Así fue que comenzamos a recorrer las laderas del Colca. Salimos a pleno desde Chivay a lo que daba la bajada y las bicis, la primera parte estuvo excelente, a pleno cruzamos el puente que pasa sobre el río Colca, y desde la otra ladera seguimos dando pedal rumbo a Caporaque, el próximo pueblo. El inconveniente llego en la primera subida, las subidas son subidas, no es joda. La barranca de Belgrano, por citar una conocida, se ve plana al lado de estas. Ahí se puso peludo, cuando llegue a la planicie arriba me dolía el pecho, y no paraba de latir el corazón a mil revoluciones por segundo. El Compañero venia jadeando pero se la banca más, tiene mejor estado atlético. Lo que mata no es la humedad, es la altura, estábamos a más de 3600 m.s.n.m. Todo el entrenamiento que traíamos desde Machu Pichui y dos meses de caminar y subir montañas, no alcanzo para nada. Tampoco la adaptación a la altura de casi 40 días andando sobre las nubes; el aire falta igual. Desde ahí seguimos bajando a pleno ¡a lo que daba! los caminos de tierra con muchas piedras de gran tamaño lo cual nos obligaba a ir muy agarrados para no desaparecer por ahí. Las bajadas se hacían en segundo y las subidas interminables, llegando al pueblo de Caporaque hubo otra empinada. Cuando pisamos la plaza del pueblo nos sentamos por lo menos casi una hora a descansar, yo no daba más largaba flema por todos los poros.
Caporaque es un pueblo chiquito de montaña donde sus habitantes viven, en gran mayoría, de la agricultura. La plaza tiene una particularidad, esta formada por 4 manzanas chicas, en las cuatro esquinas entre las viviendas tiene portales dobles y otros cuatro a mitad de cada uno de los lados. Su iglesia de adobe esta siendo reconstruida en parte y restaurada, en la fachada tiene una raja que separa uno de los campanarios de la nave, supongo que fue a causa de un sismo.
Desde ahí seguimos el camino en descenso al borde del cañón entre andenes de cultivo hacia los baños termales de Yanque, otro pueblito ubicado próximo al camino que recorre el valle. De esa parte del camino es el video que esta en el blog. El camino en esta zona va por la mitad de la ladera, al borde del río que de a poco va profundizándose. Bajando fuertísimo, en partes al borde del abismo, llegamos a un puente, lugar donde el valle se convierte en cañón. Las laderas se ponen verticales encajonando el río con una diferencia de unos 10 metros entre las paredes. Ni bien cruzamos el puente estaban las piletas abajo; una techada y dos descubiertas, sin buen aprovechamiento de las potenciales vistas hacia el lugar, ya que desde el agua no se ve el cañón, si eso hubiese estado resuelto, sería doblemente placentero. Sumergidos a 35º de temperatura solo se ven paredes y unos vidrios pintados de blanco.
Dejamos las bicis en la puerta y nos tiramos a relajarnos un poco. Estuvimos disfrutando de las termas a las cuales concurre la gente de la zona, entra un rato y sigue viaje. Cuando salimos ya estábamos emprendiendo el regreso. Se nos relajaron tanto los músculos que no podíamos remontar la subida, la vuelta era toda hacia arriba ya que de ida había sido casi todo el camino en bajada. Finalmente sujetos a la caja de una camioneta, haciendo mucha fuerza superamos la subida llegando a la plaza de Yanque. Desde ahí el camino era ruta asfaltada por la otra orilla del valle. Comenzamos a darle pedal y las subidas eran mas leves pero el viento se dio vuelta y comenzó a soplar fuerte. Fue terrible, pero el Compañero pedaleando y yo caminando mientras conversaba con un lugareño que volvía de hacer sus labores en la chacra, llegamos a Chivay derecho a devolver las bicis. No queríamos saber más nada porque pedalear a 3600 metros de altura no es para cualquiera. Además de cansarnos, la pasamos muy lindo, nos divertimos mucho y la adrenalina que se vive descendiendo a la máxima velocidad que uno puede desarrollar por estos caminos al borde del abismo es única. Se palpita el peligro por momentos a flor de piel y es superior andar a pleno por libertador esquivando autos. También comprobé una vez más la carencia de estado físico que poseo y la falta de estado para estos trotes.
Entre Chivay, Caporaque y Yanque está la mayor cantidad de andenes de cultivo que hay en Perú. Todos levantados por la cultura pre-incaica los Churajones. Recorriendo las laderas del cañón se ve cómo las han ido construyendo hasta lugares donde las laderas se convierten en verticales haciendo imposible implantar ni una más. Ese trabajo se ve en todo Cusco y con más énfasis en Machu Picchu donde las terrazas de cultivo llegan hasta los lugares donde los cortes de piedra de la montaña se trasforman en verticales; considero que es una señal más de la forma en que los Incas armaron su imperio, como buenos estrategas asumiendo y apropiando las mejores cualidades, sabidurías y experiencias de cada una de las culturas conquistadas.
El Valle que nace en Chivay de a poco se va transformando en Cañón hasta llegar a la Cruz del Cóndor, la parte abrupta. En éste lugar se congrega gente a avistar el vuelo del ave dueña de los cielos de las cordilleras, el cóndor, importante en la mitología de los pueblos andinos.
Desde Chivay al otro día salimos rumbo a Cabanaconde para conocer el valle y el cañón entero. El cañón del Colca es el segundo más profundo del mundo llegando a los 4160 metros. Rankeado detrás del Cotahuasi que está en Perú, también en Arequipa un poco más al norte, duplicando la profundidad del famoso Cañón del Colorado. Pasamos por Maca donde dimos una vuelta, conocimos otra de las iglesias típicas de esta zona. Todas mantienen similitudes formales y técnicas constructivas levantadas en adobe, además del emplazamiento, en Yanque, Maca y Cabanaconde uno de sus laterales ocupa una cuadra de la plaza de armas. Al igual que Arequipa todas son blancas, presentando un importante contraste con el color oscuro de las montañas.
Desde Cabanoconde donde llegamos a última hora, pensábamos ir a ver los cóndores la mañana del día siguiente. Madrugamos el domingo porque estos bicharracos salen a volar entre las 7 y las 9 de la mañana, y a veces estirándose hasta el medio día, buscando térmicas suben saliendo desde sus cuevas en las paredes del cañón hasta llegara los 5000 metros desde donde viajan kilómetros en busca de comida, hasta 200 por día.
Pensábamos ir al mirador de San Miguel porque en la Cruz del Cóndor, que esta sobre el camino, cobran entrada para estar en el mismo camino. Una cosa totalmente absurda, y para esto hay una ley encima que lo avala. O sea uno está en el camino y se acercan los ‘vende entradas’ porque ni guarda-parque son ya que no existe tal cosa, y le encajan hablándole a uno acerca de sus derechos, una entrada por la módica suma de 35 soles siendo extranjeros. Con el cuento que todos deben pagar para transitar todo el valle del Colca. Cuando subimos al bus que iba hasta las manos, como el 60 por la mañana camino al norte, le dije al chofer que pare en el Mirador de San Miguel. Por supuesto siguió de largo y bajamos en la Cruz del Cóndor. Al toque se nos vinieron al humo a vendernos una entrada, y ahí comenzó la puja que duro unos cuantos minutos hasta que estábamos re calientes. Y nos íbamos caminando de vuelta sin intentar ver nada, hasta que obviamente como dignos integrantes de estado corrupto terminaron ofreciéndonos una de estudiante peruano. Siguió la discusión hasta que finalmente nos quedamos ahí. Es un negocio de la nada, como casi todo, porque no me digan que ese dinero va para el estudio del cóndor o preservar su hábitat porque es mentira, no hay más que una pared de la cual uno no puede pasar y la deben haber levantado para que nadie caiga al vacío. En la mañana habían llegado más de 300 turistas de todos lados del mundo a ver el Cóndor famoso. Cada uno paga 35 soles, después meditando un poco llegué a la conclusión que hay que sacarse el sombrero ante los peruanos, son una máquina de facturar sobre la nada; es como si a uno le cobraran por la luz del sol, ver volar pájaros (literal) o de última respirar. Son tan zarpados los lugares que tiene el territorio de su país, que les permite darse el lujo de cobrar, y la gente seguirá viniendo.
El Cañón en ese lugar es inconmensurable, inabarcable, tanto como el salar de Uyuni, como los desiertos, pero en profundidad. En partes no se alcanza a ver el río mirando hacia abajo porque no da el ángulo de visión, en las partes que se ve parece un hilo. Hay que tener en cuenta que este lugar está a la mitad de la altura total del cañón. Uno parado ahí observando sólo naturaleza, no puede tomar real dimensión de la escala del lugar. En la margen de enfrente, muy abajo, hay unas casillas que se veían diminutas y cuando el imponente cóndor comienza a volar planeando con sus alas extendidas se aprecia la magnitud del espacio vació que genera tal maravilla natural. Estuvimos hasta las 9 y el cielo, un día antes esplendido muy celeste, estaba colmado de nubes bien cerrado. Sin sol no saldría ninguno ya que no habría térmicas. Nosotros incrédulos totales, puteando y diciendo “que mentira esto del cóndor, esas fotos de la gente casi tocándolos están ‘foto-shopeadas’”, volaban por allá abajo tan lejos que se los veía como del tamaño de un gorrión. La gente expectante ya comenzaba a irse pensando que no aparecería ninguno en la cruz. Hasta que de pronto durante no más de 5 minutos aparecieron unos rayos de sol entre las nubes, ahí comenzaron a subir rapidísimo planeando en círculos gigantes, hasta que pasaron a unos dos metros de donde estaba reunido todo el mundo. Un macho grande de collar blanco sobrevoló un poco más arriba y cuando el sol volvió a ocultarse comenzaron a bajar y quedaron posados unos 4 sobre una roca a pocos metros de todo el mundo. Como si estuviesen domesticados posando para las cámaras, permanecieron una media hora hasta que planeando se retiraron bajando hasta desaparecer.
Todo es imponente en ese lugar, desde el hábitat natural hasta las aves de tal porte. La experiencia fue muy corta pero estuvo buena. Es sorprendente ver a esos bichos con ese tamaño volando tan cerca por sobre la cabeza de la gente. Lo cuento desde los recuerdos de la experiencia y la sensación que viví en ese momento, particularmente habiendo nacido en el campo tan cerca del vuelo de los pájaros y rodeado de hábitat natural no me impresionan ese tipo de cosas, pero esto es excepcional.
Mientras esperábamos que algún cóndor sobrevuele por lo menos una vez más, un pibe que estaba haciendo tomas con una tremenda cámara, me dirige la palabra y nos ponemos a conversar. Resulto ser un ecuatoriano copado como todos los que hemos cruzado, sin haber llegado aún a ese país. Se dedica sólo como actividad paralela a su trabajo a fotografiar aves, para ello viaja y se va a los lugares más recónditos persiguiendo especies exóticas y muchas en peligro de extinción. Selva, desierto, montaña, playa, a donde se les ocurra. Ya recorrió Ecuador y Perú enteros haciendo fotos de aves.
Me sentí un poco identificado, no por la pasión hacia la naturaleza ya que no la poseo aún, pero sí por el paso por las ciudades buscando obras para tal vez tomarles una sola foto desde afuera y sentir que estuve ahí; que pasé he hice lo posible para conocerlas. Como verán hay fanáticos para todo en todos los rincones del planeta y él es uno de ellos.
Había llegado hasta ese lugar movilizado en una camioneta y nos ofreció viajar hasta Cabanaconde a buscar nuestras mochilas y llevarnos de vuelta a Chivay. Nuestro plan era seguir de Cabanaconde hacia abajo y llegar a Panamericana, pero aceptamos con gusto porque Ramiro quería llegar a las corridas de toro para hacer fotos.
Sobre las fotos no les puedo contar mucho porque no estuve ahí, contó que son muy populares y divertidas las corridas.
Las personas que corren a los toros, mejor dicho que son corridas por los ellos, son quienes ocupan las tribunas de expectantes donde bajan de a poco al campo y se enfrentan a los toros.
Con el condimento que les agrega el día domingo, realmente festivo en estos pueblos, la mayoría para el medio día si es que no se ha acostado, está dado vuelta dado que toman muchísimo los sábados por la noche y los domingos siguen hasta el final del día.
Dejo a vuestra imaginación los resultados de las corridas.
Desde Chivay volvimos a Arequipa con Pablo (el ecuatoriano).
El lunes por la mañana después que ellos dos volvieron desde la cruz del cóndor, fueron a ver si avistaban alguno ese día que amaneció despejado. El camino de regreso fue en menos de 3 horas y el paisaje es impresionante, aunque creo haberlo comentado antes. Desde la ciudad nos tomamos unos colectivos hasta el primer peaje a probar suerte por primera vez en Perú con el dedo. Ni bien llegamos tuvimos un percance con el Compañero, una corta discusión que hizo tambalear la sociedad por un día, provocada por las diferencias y los roces que generan la cercanía constante, la convivencia de casi 24 horas juntos durante muchos días. Volvimos separados a la ciudad y al otro día ya reconciliados intentaríamos de nuevo afirmar el gordo en la ruta.
Los peruanos parece que no tienen incluido en su cultura dos factores muy importantes para los viajeros, la práctica de viajar a dedo y la buena onda. Además de no levantar cuando uno se acerca con miedo y distancia, le mienten. Hay mucha paranoia como en todos los países obviamente pero acá la veo más aguda aún. Siendo que no pasa nada en ningún lado son muy tranquilos los lugares y ciudades comparados con Buenos Aires por ejemplo, que es una ciudad mucho más violenta que todas las visitadas hasta el momento. Ese miedo parece ser resultado del llamado terrorismo que vivieron en los ´90. O tal vez suceden cosas graves pero nosotros por suerte no las vemos pasar.
Pasamos unas horas en la ruta hasta que pararon 3 pibes en un camión y comenzamos el viaje. Pasamos por montañas completamente áridas rodando valles fertilizados con riego porque la lluvia es muy escasa en estos lugares a pesar de estar muy cerca del mar. Atravesamos quebradas, y territorios que no terminan nunca, detrás de una viene otra y así sucesivamente durante kilómetros. Bajando y recorriendo la Quebrada del Toro, dos cordones de montañas arenosas, separados kilómetros por valle verde con un río que va irrigando, llegando a su final visualizamos por primera vez el océano Pacífico en la desembocadura.
Llegamos a la tarde a Camana, una ciudad costera balnearia ocupada en los veranos por los habitantes de Arequipa.
Ahí pasaríamos noche sin tocar el agua y al otro dia seguiríamos viaje hacia el norte.
Haciendo dedo pasamos toda la mañana y ya calientes por la mala onda de la gente que pasa en sus camionetasas 4x4 y ni siquiera hace señas como que va para otro lado, a cara de perro nomás, nos íbamos a tomar un micro hacia Nasca. Preguntando qué tomarnos hasta la terminal, o el paradero (la mayoría de los pueblos no tienen terminal de ómnibus en Perú, cada empresa posee su paradero privado), unos estibadores que estaban por ahí esperando un camión que cargarían de arroz nos prometieron embarque en un camión sin escalas hasta Nasca. Y así fue, llegó el camión al rato, fueron a cargarlo, ¡cómo levantan bolsas esos tipos, como si fueran almohadas!. De ese momento hay una foto en el Blog donde el Compañero les esta ayudando a acomodar bolsas en el camión. El viaje duró unas 6 horas, la ruta atraviesa lugares desérticos buenísimos, primero entre montaña con cortes en la piedra cortados por lisas laderas de arena cayendo hacia el camino. Todo sobre la costa del Pacífico, que siempre esta brumoso, tal vez sea por la época del año.
Vimos la puesta sobre el mar, un sol bien naranja hacia arriba y rojizo abajo entre la bruma, y el cielo color grisáceo.
El encuentro de la montaña con el mar le da un ingrediente que al menos yo desconocía, el lugar más abrupto que había visto es la costa de Mar del Plata o algún morro de Río de Janeiro pero al lado de esto son miniaturas, es inmenso todo, espectacular ver como choca la cordillera de los Andes con el océano.
En la ciudad de Nasca recorrimos el museo de sitio perteneciente a la cultura local, es bueno, uno de los mejores que vimos, pero centra la muestra en una excavación de un sitio cercano a la ciudad haciendo sólo una introducción del resto. La ciudad se está reconstruyendo de a poco, ya que en 1997 fue devastada por un terremoto, no dejó casi nada. Cada sismo que pasa va destruyendo las ciudades viejas construidas en su gran mayoría de adobe o con el sistema de quincha que resiste un poco más que el anterior. Comentan que el año pasado el sismo que afecto a Ica y Pisco llegó a moverla. La ciudad es chica y no tiene ningún atractivo distintivo en sí misma, es baja no muy agradable, sucia; pero posee a unos kilómetros la duna más alta del mundo, con más de 1000 mts.
Cerro blanco y como todos los poblados peruanos está rodeada por restos de una cultura pre-incaica. Los Nascas y Paracas, dejaron un gran legado, que hoy se reduce a ruinas compuestas por paredones, acueductos por los cuales extraían agua y canalizaban hacia las tierras cultivables, y el centro ceremonial Cahuachi de investigación sobre el cual está montado el museo. A unos kilómetros se encuentran las famosas líneas de Nasca que se ven desde el aire, en un territorio que abarca 50 por 15 Km., imágenes caladas sobre la capa más dura del suelo de color marrón sobre una amarilla debajo que permite su visualización por contraste de color. A pesar de los atentados que han ido sufriendo a través del tiempo y la erosión constante provocada por los vientos marinos aún persisten y pueden apreciarse desde el aire. Este legado de gran aporte económico a la ciudad y ala conservación, los peruanos se lo deben a una mujer alemana llamada Maria Reiche quién dedicó 50 años de su vida a la investigación y conservación del área que contiene las líneas. Visitamos el museo dedicado a ella donde hay copias de dibujos originales de los relevamientos de las líneas, desde el monito, la araña, el colibrí, las manos entre otros además de las pistas construidas con posterioridad sobre algunos de los dibujos. También implementos y herramientas que usaba y muchas fotos aéreas. El vuelo estaba fuera de presupuesto además de no ser nada barato y el bolsillo de los viajeros anda ajustado, ni consultándolo afloja a darse esos lujos. Creo que en Google Earth hoy se ven mejor que desde el aire en un vuelo que dura tan solo 20 minutos. Aprovechen y búsquenlas hacia el norte de la ciudad, están muy buenas. Entre la ciudad y el museo hay erigido en medio de las pampas desérticas un mangrullo ubicado en medio de tres de las figuras, las manos, el lagarto cortado por la ruta panamericana, muy borroso ya y el …….
El fin de semana temíamos programado llegar a Lima, mientras que en Nasca en el cerro blanco se haría un campeonato mundial de sundboard. Para subir el médano lleva unas 3 horas de caminata y el descenso lleva media hora para los principiantes y 10 minutos para los expertos.
Desde el museo en el acceso a Ingenio, pueblito donde hay una muestra didáctica de cómo extraían el oro de la piedra los Nasca, nos tomamos un micro hasta Ica. La ciudad que fue víctima del terremoto del año pasado, ya la han limpiado bastante pero está llena de escombros y es muy loco ver un edificio y un terreno vacio al lado y al otro lado otro edificio. Así se extienden las manzanas, con la trama ocupada en lugares salteados. Parece que el gobierno hasta la fecha no había tomado medidas, pero ahora lanzó subvenciones para los damnificados, por supuesto sin planes ni asesorías técnicas, sin propuestas de viviendas, sólo dinero en mano, lo que seguramente dará como resultado viviendas vulnerables a próximos posibles sismos.
Así es cómo se resuelven los problemas sociales acá, de forma muy similar a nuestro país. Pan y circo nomás.
Medido por nuestros oídos y cerebros es la ciudad con mayor contaminación sonora que hemos pisado, es insoportable cómo tocan bocina autos y motos todo el tiempo. Para avisar que están vacíos, son unos cuantos bocinazos hasta que se llevan la atención del transeúnte diciéndoles que no, y aún así siguen haciéndolo.
Imagínense un taxi que va sin gente y durante todo el tiempo, mientras cruza gente por la calle, toca bocina para ofrecerse. Este sonido magnificado por una gran cantidad de autos tocando al mismo tiempo, además pareciera que hay más taxis que gente. Por supuesto que también tocan bocina si el semáforo está en verde y el de adelante no mueve, en ese momento se apoyan arriba del volante hasta que el de adelante avance. Y aunque no lo crean, también lo hacen cuando el semáforo está en rojo para manifestar su bronca con el de adelante, es muy loco ver cómo este medio soluciona los problemas, a diferencia de lo que conocemos todos en Bs. As., acá no se bajan del auto a putearse, sólo cuando chocan, lo demás lo resuelven con bocina y algún que otro grito.
A este ruido le sumamos el de las bocinas que arrojan las moto-taxis indias y chinas de tres ruedas, conductor adelante y un asiento doble atrás con techo.
Los policías de transito que están en todas las esquinas generan algo de esa locura. Pareciera que la gente no respeta los semáforos, entonces ellos tocan el pito moviendo su mano marcando el paso hacia el lado que indica el semáforo en verde, totalmente ridículo, pega otro pitazo levantando la mano cuando se pone en rojo y sigue pitando dando paso por la otra calle.
Todo ese ruido constante genera locura, al menos a nosotros nos trastornó, y es ilógico en un lugar donde casi ni semáforo se necesitaría si la gente fuese un poco prudente, donde la calle está tapada de taxis y casi no hay autos particulares. Tres cuadras para cada lado de las avenidas ya no hay casi transito pero se hacen sentir con sus bocinazos en las esquinas sin errar a sólo una.
El Tico parece haber reemplazado algún otro auto y está sembrado, salen de todos lados y hasta parece que se reprodujeran. Por donde pases hay un Tico, además parecen interminables, como le llamaban vulgarmente a los R4 allá carne de perro. Son como una plaga que ha invadido las calles.
Cerca de Ica, en las afueras, a unos 10 minutos en auto se encuentra Huacachina, un oasis natural, una laguna de agua verdosa en medio de dunas de arena, con palmeras, algunas viviendas, hospedajes, negocios y restoranes que la rodean. Es un balneario de películas donde se muestran lugares de medio oriente, le falta unos camellos y algún jeque por ahí dando vueltas de turbante. En este lugar pasamos una mañana y el compañero se lleno de arena hasta los ojos bajando los médanos en una tabla de sundboard. Por supuesto no bajo muchas veces porque subirlos es cansador, lleva más de 15 minutos y se baja en un minuto y medio.
Ese día queríamos llegar por la noche a Lima, después de las 12 comenzaba el cumpleaños del Compañero y decidió festejarlo en la gran capital Peruana. Probamos en la ruta, pero no paso nada. Nos tomamos un micro perteneciente a una de las dos empresas que monopolizan el trasporte hacia el sur y en unas 3 horas, ya de noche estábamos entrando a Lima.
Aquí concluyo así no se torna tedioso a quienes juntaron coraje para llegar a este punto.
Corrección correspondiente a error en Cuarto Reporte: ...“a todo esto corrigiendo tu informe habías probado el pisco jajajaj conmigo y el tano”. Guillermo Gomolan. Chileno que conocí en San pedro de Atacama.
Continuara.....Con la llegada a la gran ciudad capital Peruana y el cumpleaños del compañero.
Mis agradecimientos al Master Web (Gaby) que sostiene al día dentro de las posibilidades de quien les escribe de mandar imágenes, y también al nuevo Master Reporte corrector, Sierrita el batero (Diego).
http://diarioitinerantedeunviajedesconocido.blogspot.com/
Pufo: en todo Perú no me he cruzado un solo 2cv, solo vi un DS deteriorado en un estacionamiento con su carrocería tocando el suelo, una picardía. A falta de Citros estoy fotografiando ponchos. En el próximo tal vez entra la visita a la selva.
Gallego y Gato: discúlpenme que los meta en la misma bolsa, tal vez ninguno de los dos esta cómodo, pero ambos escribieron mails limados, y no he podido contestarles ni en Lima. Me reí, eso si.
Leo Luchini, Pachi, Lucho, Fido, Pablo, Lucre, Cesar, Romi J., Seba, Fran, Brenda y Primo: gracias por sus mail. Fido creo opino lo mismo sobre tu ranking. Disculpas por no contestar.
Romi M., Oso y Gato: Feliz Cumpleaños!!!
Pilar: Felicitaciones ¡!!
Guada G: aun no he podido enviarte el mail. Calma nomás.
Juli, Coqui: gracias por los datos.
Gustavo C.: Gracias por los contactos. Estuve con gente que trabaja con Gustavo Riofrío. En algún mail cuando me de el tiempo te cuento.
Mer, Valen, Flor y Andres: gracias por sus comentarios.
Antes de despedirme pido disculpas si olvido responder algo alguien o mandar algún agradecimiento.
Por favor si algunos de los receptores no quiere mas el reporte en sus bandejas de entrada, enviar un mail o dirigirse al nuevo kiosco adherido a la red de reclamos.”Los Primos” del Sr. empresario Fernando Nicolás De Fabio, ubicado en San Martín 438, loc. de Rauch Provincia de Bs. As. A quien aprovecho el medio para mandarle mis felicitaciones y un deseo de prosperas ventas y expansión a despensa en poco tiempo.
Sin mas, me despido. A punto de embarcarnos por unos días, en dirección al Amazonas, Iquitos. Navegando, transpirando, disfrutando, gozando y agradeciendo al camino, los abrazo....
fer.
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